Fue traumático. Los delincuentes actuaron con violencia. Estaban exaltados, nerviosos y no dudaron en usar una arma de fuego. Un asalto en una vivienda, ubicada en pleno centro de Tafí del Valle, terminó con un herido de bala en una pierna, y otro hombre internado en estado delicado por golpes en la cabeza. Además, un delincuente quedó detenido con golpes en el cuerpo al descarrilar el auto en el que intentaba huir de la Policía.
El viernes, antes de las 23, cuatro delincuentes entraron a una casa particular, ubicada al lado de la estación de servicio YPF. El casero, que vive al lado de la vivienda apuntada por los ladrones, observó movimientos extraños y fue a ver qué pasaba. En ese momento, se dio con que había cuatro delincuentes. En un segundo, lo dominaron. También llegó su esposa y su hija (mayor de edad). Los tres fueron golpeados y maniatados con alambre, mientras los ladrones esperaban al dueño de casa.
El casero Jorge Tomás Coronel, de 58 años, se llevó la peor parte por los golpes que recibió en la cabeza. Antes de la medianoche llegó el dueño de casa. Abrió la puerta y se dio con la escena: cuatro delincuentes y tres personas maniatadas. Ararat MelikAgacán es empresario y volvía a su casa después de un día normal de trabajo en su firma comercial. Aparentemente, los ladrones tenían información porque lo esperaron a él. Tras abrir la puerta, el empresario intentó resistirse al asalto, pero uno de los ladrones le disparó un balazo en la pierna izquierda.
El ruido del arma de fuego y el herido sangrando en el lugar obligó a la banda a huir de inmediato de la vivienda. A pesar de la herida en la pierna, Agacán alcanzó un teléfono y pidió socorro. Luego, ayudó a desatar al casero y a su familia. Al final, los delincuentes se fueron sin llevarse dinero ni objetos de valor.
Control en la ruta
La Brigada de Investigaciones Oeste, al mando del comisario César Alberto Canz, montó un operativo cerrojo, ordenado por el jefe de la Regional Oeste, Antonio Quinteros. Un grupo de policías se instaló en la ruta 307, a la altura del kilómetro 13, para verificar a los automovilistas que bajaban de los Valles.
En horas de la madrugada, llegó un Fiat Palio, de color blanco, que se frenó a unos 700 metros de distancia del control policial.
El vehículo no se movía. Estuvo detenido un largo tiempo hasta que retomó la marcha en dirección al control. Avanzaba despacio y, al llegar a los policías, bajó la marcha. Parecía que iba a detenerse, pero unos metros antes aceleró a fondo y pasó el control a toda velocidad.
De inmediato, el personal de la Brigada Oeste comenzó una persecución en otro vehículo. El Fiat Palio bajaba por la ruta 307 a gran velocidad, cruzándose con otros automovilistas que subían a los Valles. Al llegar a la zona de la localidad de Soldado Maldonado, el conductor del Palio perdió el control del auto, que se salió del camino y fue a parar en un zanjón, al costado de la ruta.
Adentro del vehículo destruido había una sola persona con heridas por el impacto. La Policía llamó a una ambulancia que trasladó al sospechoso al hospital de Monteros.
Los médicos constataron que no tenía heridas de consideración y, luego, fue dado de alta. En ese momento, quedó detenido y fue alojado en la Comisaría de Monteros. El sospechoso es un hombre apodado "Jubilado". El sujeto tiene antecedentes penales y reside en la zona del barrio "11 de Marzo" de la capital tucumana.
Los policías estaban convencidos de que los otros cómplices se bajaron del auto, antes del control, cuando el vehículo se detuvo en la ruta 307. Por esa razón, comenzaron un operativo rastrillaje por la selva, en medio de la oscuridad de la madrugada. A esa hora, el empresario Agacán era trasladado a un sanatorio de la capital, donde se repone de la herida de bala en la pierna. En tanto que el casero Jorge Coronel era intervenido en un quirófano del hospital Centro de Salud.